Lo fatal
Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo,
y más la piedra dura, porque ésa ya no siente,
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,
ni mayor pesadumbre que la vida consciente.
Ser y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,
y el temor de haber sido, y un futuro terror...
Y el espanto seguro de estar mañana muerto,
y sufrir por la vida, y por la sombra, y por
lo que no conocemos y apenas sospechamos,
y la carne que tienta con sus frescos racimos,
y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,
¡y no saber adónde vamos ni de dónde venimos!...
Rubén Darío
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¡Qué abismo tan profundo! Misterio insondable. A estas dos expresiones me remite el poema. Con sus múltiples antítesis: piedra/árbol. apenas sensitivo/ya no siente, ser vivo/vida consciente, rumbo cierto/futuro terror, frescos racimos/fúnebres ramos, adónde vamos/de dónde venimos. Y esas dos reticencias al final del sexto y decimotercer verso.
Las dos degradaciones que encuentro (temor-terror-espanto, y por la vida-por la sombra-por lo que no conocemos y apenas sospechamos) me hacen pensar que todo el poema es una (o tiene un aire al menos) de gran degradación, metáfora de la decadencia y fugacidad de la vida. Ese desgaste constante, alimentado por la conciencia y el temor de ser, existir. Por el miedo a lo que se va a hacer y por las grandes dudas que acechan y rondan el quehacer cotidiano.
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Un paralelismo llama, sobre otros imperfectos, mi atención, "y la carne que tienta con sus frescos racimos, /y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos". Esto debido a que me hace imaginar o, mejor dicho, pensar en el deseo de aferrarse a la vida, esa cruel y dulce tentación y, sin embargo, no deja de estar presente aquella figura que espera paciente, la que va a llegar, aunque tarde, pero que no desespera, aguarda, sí... la muerte.
Finalmente, "¡y no saber adónde vamos/ni de dónde venimos!...". Esta expresión, que resalta y posee un énfasis especialísimo por estar entre signos de admiración es increíble porque representa las dos preguntas que, a la vez, engloban el misterio de la existencia humana, lo que nos da sentido, rumbo, identidad: saber de dónde venimos y hacia dónde vamos. Casi demanda una respuesta de parte del lector...
Bibliografía
Montes de Oca, Francisco (2014). Ocho siglos de poesía, México, D.F., Porrúa, p. 499.
Bibliografía
Montes de Oca, Francisco (2014). Ocho siglos de poesía, México, D.F., Porrúa, p. 499.
Amigo tú siempre tan profundo :3
ResponderBorrarMe gustó la menera de tu analisis del poema de Darío y sobre la película "en nombre de la rosa", en lo personal es una película que me gusta mucho , la cual vi desde niña y me dejó muy impactada la manera en como vivian los monjes y como ellos eran los más pecadores.
Sobre el poema que te puedo decir es muy bonito y la manera en como lo analizamos en clase fue grato.
Saludos
Como siempre Ernesto, en cada entrada que pones al leer siento que estoy escuchándote hablar de tu fascinación con todo lo que hemos vistos en la carrera.
ResponderBorrarMe gusta como escribe Rubén Darío, creo que podemos sentir claramente los sentimientos aquí plasmados.
Saludos!
Los últimos dos versos me encantaron, ese hombre es maravilloso
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