
Esta mañana, papá, cuando te ibas
pedirte quédate quería,
pero eras ido y yo
quedado
doloroso y afligido;
nos quedamos dolorosos y afligidos.
Pareciera que mi todo yo sufría
al saber que ni un día con
nosotros pasarías;
que tan solo una noche,
y eso a duras penas.
El dolor de tu ausencia
y tu partida,
son espina aguda que pincha profunda
y destila sangre a gotas.
Ni siquiera
de lo que quería
pude hablarte.
Ni de otras
que aún queriendo
por la pena
no lo hubiera hecho.
Esas cosas que me causan alegría
y esas otras
que me traen angustia, tristeza y muerte
a ésta que es mi vida.
Esta mañana,
papá,
cuando te ibas,
suplicarte quédate quería,
pero,
sin más,
te abrí la puerta
y tú sin mí partías
y yo sin ti quedaba.
¡Oh, dolorosa pena!
que mi vida y ser atormentaban,
si tan solo yo creyera que todo
es para mejor,
si tan solo yo creciera para tu presencia
no buscar.
Este día, papá, cuando te ibas...
jm